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Tal como Jesús lo advirtió, la ciudad y el templo fueron destruidos por los romanos. Este hecho histórico se tomó como una confirmación de sus palabras.
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Jesús explicó que antes del fin habría conflictos entre pueblos, catástrofes naturales, enfermedades, falsos profetas y un aumento de la maldad. También dijo que el evangelio llegaría a todas partes del mundo antes del desenlace final.
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En ese día, Cristo separará a las personas según sus obras, como un pastor separa a las ovejas de los cabritos. Los justos recibirán vida eterna y los que rechazaron a Dios serán apartados.
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Jesús aseguró que volverá de manera visible y gloriosa, acompañado por sus ángeles. Será el momento en que los creyentes serán reunidos con Él.