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Este día nació la pequeña Angie, rodeada de amor y esperanza. Su llanto llenó de alegría el corazón de su familia y de todo el pueblo. Con ella, llegó una nueva luz que ilumina cada rincón de su tierra natal.
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Con una sonrisa tímida y su mochila a la espalda, Valeria dio sus primeros pasos en el jardín de Cajasan. Las maestras la recibieron con abrazos y canciones, llenando el aula de alegría. Comenzó así una nueva aventura, donde aprender y jugar serán parte de cada día.
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Con ojos curiosos y mucha ilusión, Martina ingresó al preescolar del Colegio Integrado Camilo Torres.
Entre colores, juegos y nuevas amistades, comenzó su camino de aprendizajes. Hoy inicia una etapa llena de sueños, risas y descubrimientos. -
Con orgullo y emoción, los estudiantes de quinto del Colegio Integrado Camilo Torres celebran su graduación. Después de años de esfuerzo, risas y aprendizajes, cierran una etapa inolvidable.
Ahora miran al futuro con esperanza, listos para nuevos retos en secundaria. -
Con entusiasmo y brillo en los ojos, ingreso a la escuela de patinaje. Entre caídas y sonrisas, comienzo a escribir mi historia sobre ruedas. Un nuevo sueño empieza a rodar con fuerza, equilibrio y pasión.
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Fui a mi primer festival (nacional ) en la ciudad de Santa Marta, en la que obtuve una medalla de tercer puesto.
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Para mi esto fue un orgullo, ya que después de tanto esfuerzo pude obtener este gran reconocimiento como deportista.
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Esto fue un momento muy importante para mi. Ya que en este evento reconocían a aquellos deportistas destacados de cada disciplina( escogían a uno por disciplina ). Y sentir que era una de las mejores patinadoras de San Vicente me hacia muy orgullosa.
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Al recibir esta invitación nuevamente me hizo muy feliz, ya que pude ver el gran talento que tengo y si sigo así puedo llegar muy lejos.
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Curso el grado decimo ( tengo 15 años ). Este año me siento muy orgullosa por mi gran desempeño tanto académico como deportivo.
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Me visualizo cruzando con orgullo el escenario, diploma en mano, al graduarme del colegio.
Ese día será el resultado de esfuerzo, constancia y sueños que se han ido formando paso a paso.
Con la mirada en el futuro, estoy lista para conquistar nuevos caminos y cumplir mis metas. -
Con nervios y muchas ilusiones, comencé mi primer semestre universitario. Un nuevo mundo se abrió ante mí: nuevas materias, nuevas amistades y el primer paso hacia mi carrera soñada.
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Me integré a grupos estudiantiles y descubrí pasiones que no conocía. Aprendí a organizar mi tiempo y a ser más independiente, mientras crecía no solo como estudiante, sino como ser humano.
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Tuve la oportunidad de aplicar mis conocimientos en un entorno real. Las prácticas me enseñaron el valor del trabajo, la responsabilidad y el compromiso con mis metas profesionales.
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Decidí emprender un pequeño proyecto basado en lo que amo hacer. Aunque hubo desafíos, aprendí a confiar en mis ideas y a tomar decisiones con visión de futuro.
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Recibí mi título profesional con orgullo. Cada esfuerzo, desvelo y sacrificio valió la pena. Era más que un diploma: era la llave para abrir nuevas puertas.
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Conseguí mi primer trabajo formal. Poner en práctica todo lo aprendido fue emocionante. Este paso me dio estabilidad y una visión más clara de lo que quiero lograr.
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Volví a las aulas, esta vez con más enfoque. Decidí especializarme, profundizando en mi área favorita y ampliando mis horizontes personales y profesionales.
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Después de una década de aprendizajes, logros y caídas, me encuentro en un lugar donde los sueños que alguna vez parecían lejanos hoy son mi realidad. Y lo mejor: aún quedan muchos por cumplir.
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Ya con una vida más estable y metas cumplidas, siento que es el momento ideal para formar una familia y compartir lo construido con amor y compromiso.