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Fue un conflicto dinástico entre
isabelinos y carlistas, pero también una guerra ideológica entre absolutistas y liberales, y que
supuso el fin del absolutismo en España. La regente Ma Cristina, aunque absolutista, se apoyó en
los liberales. -
María Cristina gobernó como regente, durante la minoría de edad de Isabel.
Ella no era liberal, pero el estallido de la guerra y la necesidad de recabar apoyos, tanto en
España como en el extranjero, la obligaron, en enero de 1834, a llamar a Martínez de la Rosa,
liberal moderado que ya había sido jefe de Gobierno durante el Trienio Constitucional,
decretándose una amnistía, libertad de prensa limitada y se restableció la Milicia Nacional para
conseguir voluntarios para la guerra. -
El decreto desamortizador, publicado en 1836, en medio de la guerra civil con los carlistas, puso
en venta todos los bienes del clero regular -frailes y monjas-.Al año siguiente, 1837, otra ley amplió la
acción, al sacar a la venta los bienes del clero secular -los de las catedrales e iglesias en general-,
aunque la ejecución de esta última se llevó a cabo unos años más tarde, en 1841, durante la
regencia de Espartero. -
Fue una carta otorgada que limita el poder real y reconoce derechos, pero no la soberanía
nacional ni la división de poderes. Este Estatuto regulaba la convocatoria de unas Cortes muy
conservadoras y elitistas tanto por su composición (nobleza, Iglesia, funcionarios y militares de
alto nivel, alta burguesía) como por lo limitado del voto, indirecto y muy restringido. Además, la
Corona se reservaba una amplia capacidad legislativa y de veto, incluida la libre disolución de las Cortes. -
María Cristina, que en mayo de 1836 forzó la dimisión de
Mendizábal, provocando una nueva insurrección progresista, que culminó con la sublevación
de la Guardia Real, en el Palacio de La Granja, que obligó a María Cristina a entregar el Gobierno
a los progresistas (Calatrava) y a restablecer la Constitución de 1812. -
Fue un intento de contentar por igual a progresistas y moderados. Era una constitución híbrida: contenía rasgos progresistas,
como la soberanía nacional, división de poderes, la no confesionalidad católica del Estado y
amplios derechos y libertades (de prensa, reunión y asociación) ; y aspectos moderados como el
sufragio censitario restringido y unas Cortes bicamerales con un Senado conservador constituido por designación real. -
Etapa de resistencia carlista. La guerra terminó en agosto de 1839 con
el “Abrazo de Vergara” entre los generales Espartero y Maroto: los carlistas se rindieron pero
con el compromiso de respetar los fueros. Un núcleo carlista del general Cabrera resistió hasta
la toma de Morella por Espartero en 1840. -
Espartero se convirtió en el nuevo regente, inaugurando así la tendencia de los militares a
dirigir la política liberal. Durante casi tres años gobernó con el apoyo de los progresistas y de otros
jefes militares. Pero su política autoritaria y represora (bombardeo de Barcelona, 1842) hundió
el prestigio del general. Los moderados y algunos progresistas organizaron entonces un
pronunciamiento militar, que obligó a Espartero a dimitir y a abandonar el país en agosto de
1843. -
En el otoño de 1843, las Cortes, para evitar una nueva regencia, votaron la mayoría de edad de
Isabel II, que iniciaba así con trece años su reinado efectivo. Un reinado que, aunque en
apariencia fue agitado y cambiante, unas características comunes se mantuvieron invariables a
lo largo del tiempo. -
Fue un periodo de tendencia muy conservadora, regulado por la Constitución
de 1845, que establecía la participación política exclusiva de una oligarquía propietaria,
excluyendo de la vida política a la gran mayoría del país. Fue además un régimen de gobiernos
autoritarios, defensores del «orden» y de una monarquía fuerte, recurriendo frecuentemente a
una dura represión. -
Se creo como cuerpo de organización militar al que se en cargó ejercer
funciones de vigilancia y apoyo, pero sobre todo con el objetivo de mantener el orden y defender
la propiedad en las zonas rurales. -
Los primeros diez años del reinado efectivo estuvieron protagonizados por la figura del general
Narváez, líder indiscutible de los moderados. Fue el principal inspirador de la Constitución de
1845 y de las leyes del periodo, y mantuvo al ejército alejado de la vida política. Sólo al final de la
década cedió el protagonismo a otros dirigentes, como Bravo Murillo. -
fue un periodo de tendencia muy conservadora, regulado por la Constitución
de 1845, que establecía la participación política exclusiva de una oligarquía propietaria,
excluyendo de la vida política a la gran mayoría del país. -
Se le conoce también como guerra dels matiners
(guerra de los madrugadores). El pretendiente en esta ocasión era Carlos VI, hijo de Carlos María
Isidro. La causa del resurgimiento del conflicto fue el fracaso de la planeada boda entre el
pretendiente carlista Carlos VI e Isabel II, lo que hubiera resuelto el conflicto dinástico. -
En los últimos años de la segunda guerra carlista,
algunos progresistas radicales fundaron el Partido Demócrata, cuyos objetivos eran la defensa
de los derechos individuales y del sufragio universal. -
Un concordato con la Santa Sede es un tratado entre la Santa Sede y un Estado para regular las relaciones entre ellos y la Iglesia Católica. Históricamente, se han firmado varios concordatos, como los de España en 1851 (para restablecer relaciones tras la desamortización) y 1953 (que ayudó a España a salir del aislamiento), o el de Francia en 1801 bajo Napoleón. El más reciente de España es el conjunto de acuerdos de 1979, que regulan asuntos jurídicos y económicos. -
La revolución de 1854 fue en realidad un golpe de Estado, que triunfó gracias al respaldo popular
conseguido mediante una hábil propaganda. El pronunciamiento inicial del general Leopoldo
O’Donnell fracasó tras un enfrentamiento con las tropas del Gobierno en Vicálvaro (la «Vicalvarada»). -
el Manifiesto de Manzanares, que
consiguió el apoyo popular y provocó la revolución en julio. Otros jefes militares se sumaron
entonces al golpe, y obligaron a Isabel II a entregar el Gobierno al general Espartero, con
O’Donnell como ministro de la Guerra. Rápidamente se convocaron elecciones a Cortes
Constituyentes, al tiempo que se restablecían algunas de las leyes de la etapa revolucionaria. -
Facilitar la inversión de capital extranjero mediante exenciones de aranceles para la importación de materiales y otras ventajas. -
El ministro de Hacienda, Pascual Madoz progresista y amigo de
Mendizábal, sacó a la luz su Ley de Desamortización General. Se llamaba "general" porque se ponían en venta todos los bienes de propiedad colectiva: los de los eclesiásticos que no habían sido vendidos en la etapa anterior y los de los pueblos se llamaban bienes de propios aquellos que proporcionaban, por estar arrendados una renta al Concejo en tanto que los comunes no proporcionaban renta y eran utilizados por los vecinos del lugar. -
Los progresistas, defensores de los intereses de la burguesía mercantil, aprobaron una serie de
leyes encaminadas a sentar las bases de la modernización económica del país: la segunda
Ley de Desamortización, la Ley de Ferrocarriles, ambas de 1855, y la Ley de Sociedades
Bancarias y Crediticias de 1856. -
Las Cortes aprobaron una nueva Constitución, la de 1856, que recogía los principios
progresistas: soberanía nacional, división de poderes, amplia declaración de derechos, tolerancia
religiosa, Cortes bicamerales electivas con una amplia participación, una limitación de los poderes
de la Corona y del ejecutivo. Pero no hubo tiempo para que entrara en vigor, por lo que la
Constitución de 1845 siguió vigente. -
Entre 1856 y 1863 la Unión Liberal fue el partido que controló la vida política. La Unión era ya
un partido claramente conservador, que contaba con el apoyo de la burguesía y de los
terratenientes. Hasta 1863 la ola de prosperidad económica permitió a los unionistas gobernar
sin grandes problemas. -
Es el hecho concreto que pone fin a un periodo anterior y da inicio a la nueva era. -
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dirigida por los suboficiales y propiciada
por los progresistas que fue sofocada por tropas leales al Gobierno. Acosados desde la prensa, la
calle y el parlamento, los gobiernos isabelinos sólo supieron responder con una represión cada
vez más desorientada: órdenes de detención de opositores, cierre de periódicos y suspensión de
las Cortes. -
En agosto de 1866 representantes progresistas, demócratas y republicanos llegaron a un acuerdo,
el Pacto de Ostende, para coordinar la oposición, con dos objetivos: el destronamiento de Isabel
II y la convocatoria de Cortes Constituyentes por sufragio universal. Prim fue puesto al frente de
la Conspiración. La muerte sucesiva de O’Donnell y Narváez entre 1867 y 1868 dejó a Isabel II
completamente aislada en el verano de 1868, en plena preparación del golpe. -
Se inició una vez destronada Isabel II, ya en el Sexenio
Revolucionario. Beneficiados por el clima de libertad que introdujo la revolución de la “Gloriosa”, el
carlismo había revivido como fuerza política. Pero la llegada de Amadeo de Saboya provocó la
insurrección armada de una parte de los carlistas, mientras que otra facción constituyó una
pequeña fuerza política opuesta a la nueva monarquía y con posiciones enormemente
conservadoras.