-
Se forman cofradías, gremios y hermandades religiosas como formas tempranas de organización social. Estas agrupaciones tenían fines religiosos, asistenciales y de control comunitario.
-
Surgen asociaciones liberales, mutualistas y de beneficencia. Se consolidan espacios de ciudadanía activa en torno a la educación, la salud y la política.
-
Se desarrollan asociaciones profesionales, científicas y culturales, pero bajo fuerte vigilancia estatal. La sociedad civil se institucionaliza sin autonomía plena.
-
Movimientos campesinos y obreros se organizan en sindicatos, ligas agrarias y comités revolucionarios. La sociedad civil se vincula a luchas por justicia social.
-
El Estado incorpora a sindicatos y organizaciones campesinas al sistema corporativo. Se crea una sociedad civil funcional al régimen, con participación condicionada.
-
Sociedad civil limitada por el autoritarismo. Surgen organizaciones culturales, estudiantiles y vecinales que comienzan a cuestionar el sistema político.
-
El movimiento estudiantil marca un parteaguas: exige democracia, derechos civiles y libertad de expresión. Se visibiliza la represión estatal y se fortalece la conciencia ciudadana.
-
Auge de ONGs tras el sismo de 1985. La ciudadanía se organiza espontáneamente ante la ineficiencia estatal. Se fortalece la acción ciudadana independiente.
-
Se institucionaliza la participación ciudadana. Surgen mecanismos como el IFE, el acceso a la información y los consejos consultivos. La sociedad civil gana legitimidad.
-
Transición democrática. Proliferan OSCs en derechos humanos, medio ambiente, género y transparencia. Se amplían los canales de participación, aunque persisten desigualdades.
-
Sociedad civil enfrenta nuevos retos: violencia, corrupción, militarización y desconfianza institucional. Se diversifican las formas de participación, incluyendo redes digitales.
-
Según García Del Castillo y García Ramírez (2021), la participación ciudadana se encuentra en tensión entre enfoques de Nueva Gestión Pública (instrumental) y Gobernanza (deliberativa). La pandemia y la concentración del poder reducen espacios de incidencia real. Se exige una participación más sustantiva, vinculante y transformadora.