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Cine primitivo
El cine japonés se rindió ante su práctica cultural más célebre, el teatro kabuki («teatro de sombras», que, a diferencia del teatro más antiguo y medieval, el Nô o Noh, ha evolucionado con los años) y sus variantes, el shimpa (su vertiente moderna) y el
shingeki («teatro nuevo», adaptado del occidental en la Era Meiji —1868-1911). -
Productora Nikkatsu
La productora Nikkatsu equivalía a la occidental y alcanzó los 900 títulos anuales no todos aceptables, especializando su producción en dos sentidos: los Jidai-Geki o evocaciones históricas o legendarias rodadas en Kyoto y los Gendai-Geki o films de temas contemporáneos rodados en Tokio. -
Productora Shoshiku
La Shoshiku («Compañía del pino y del bambú»), la otra gran productora fundada en estos años, fue la primera en
imponer a actrices como Harumi Hanayagi, Sesshu Hayakawa, o Sumiko Kurishima,para sostener papeles femeninos (antes interpretados por los onnagata u oyama, actores masculinos especializados, según la tradición del teatro kabuki). -
Los grandes maestros del cine mudo japonés
En los años veinte también existieron verdaderos autores,
todavía no descubiertos del todo por la crítica occidental pues la mayoría de sus títulos se perdieron o nunca han salido del país. Yasuhiro Shimazu, Hiroshi Inagaki, Teinosuke Kinugasa, el gran Kenji Mizoguchi (en sus comienzos), Daisuke Ito, Tomu Uchida, Tomotaka Tasaka, Kajiro Yamamoto, Mikio Naruse, Yasujiro Ozu., aparecen hoy como los grandes maestros del cine mudo japonés, conocedores del arte hollywoodiense y europeo contemporáneo. -
Vanguardias cinematográficas: neosensacionalismo
Además, existieron vanguardias cinematográficas propiamente niponas, como el famoso movimiento llamado «neosensacionalismo», cuya película más sobresaliente es "Una página loca" de Teinusuke Kinagasa (más tarde Palma de Oro en Cannes con "La puerta del infierno" en 1954), con reminiscencias del por entonces aclamado cine soviético (Eisenstein, Pudovkin), del expresionismo alemán, y de su padre, el Kammerspielfilme. -
Años 30
Los años treinta y cuarenta (el período más decisivo «desde el punto de vista de génesis y el desarrollo del modo de expresión del cine japonés») forman un período histórico marcado por el patriotismo, consecuencia del golpe de Estado ultranacionalista de 1936 y por la invasión de China. -
Años 40
La industria se monopolizó con el cierre de numerosas compañías, las películas eran encargadas y pagadas por el gobierno y sometidas a estrictos mecanismos de censura (algunos de los cuales han pervivido hasta hace poco); un cine que firmaron fundamentalmente realizadores como Tomotaka Tasaka, Hisatora Kumagai y Kajiro Yamamoto. -
Los años 50 y la ocupación norteamericana
Cuando ocuparon el país las instituciones dictaron disposiciones que prohibían todos los filmes que exaltaran el feudalismo, el amor a la guerra y a las batallas, el nacionalismo, el militarismo y el culto a la venganza, propios de las dos décadas anteriores, y destruyeron todas las que ya trataban de estos temas. Se instauró la censura lo que borró cualquier alusión a tradiciones ancestrales, artes marciales, formas de vestir, o ideales marxistas, habituales en el período mudo. -
Edad de oro
Hacia 1950 se inició lo que se conoce como la «edad de oro» del cine japonés cuyo mayor beneficio consistió en la apertura de un cine que cautivó al mundo, tildado hasta entonces de extravagante. Su punto de arranque: el descubrimiento y premio de la película "Rashomon" en el festival de cine de Venecia, un film dirigido por el desde entonces más loado realizador nipón en todo el mundo, Akira Kurosawa. -
Cinco poderosas compañías
Durante este período, y calcando el modelo capitalista americano, la industria se estructuró sobre cinco poderosas compañías: Shochiku, Toho, Daiei (dirigida por el famoso y polémico Maisichi Nagata), Toei y Nikkatsu (que había soportado todos los avatares de las tres últimas décadas desde su nacimiento en 1912). Junto a las majors se formaron otras empresas, surgidas tras huelgas de los trabajadores de las anteriores: el caso de la Shintoho (Nueva
Toho). -
Resurgimiento del cine nipón
Se restituyó el sistema de grandes productoras y aumentó la producción. Fue una década fascinante caracterizada por dos aspectos:
1.Se producen los films de autor más importantes de la historia de este cine: sus directores son Akira Kurosawa, Kenji Mizoguchi, Yasuhiro Ozu o Mikio Naruse, entre otros.
2. Se importan muchos de los temas occidentales y se amoldan al gusto japonés creando una impresionante variedad de géneros. -
Variedad de géneros
No hay mejor sistema para observar la manera en que el cine nipón adaptó y absorbió las fórmulas del cine norteamericano que un repaso, aún somero, a través de la asombrosa heterogeneidad de géneros y subgéneros, un entramado difícil de distinguir incluso para los críticos más expertos. Aparte de los dos géneros básicos pueden establecerse otros más arduos de reconocer, que se interceptaron siempre, aunque en los años cincuenta su mezcolanza fue especialmente surtida. -
Variedad de géneros: tipos
- Goraku-eiga: cine de entretenimiento.
- Kaiju-eiga: cine fantástico o películas de monstruos.
- Bunga-eiga: películas de tipo documental.
- Ken-geki: films de samurais, subgénero de los jidai-geki.
- Yakuza-eiga: películas de gángsters.
- Ninkyo-eiga: película de caballería.
- Ninja-eiga: género de espías asesinos.
- Karyo-mono: películas centradas en el mundo de las geishas.
- Bake-mono: películas de fantasmas.
- Keiko-eiga: cine de tendencia social. Y muchos otros...
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Década de los 60
A finales de los cincuenta el cine japonés sufrió una nueva regeneración, una especie de metamorfosis estilística, para enfrentarse a la invasión de títulos norteamericanos, musicales y películas para jóvenes, que ya comenzaban a oponerse a las arraigadas costumbres japonesas.
Debido a la influencia de un movimiento literario llamado "Taiyozoku" (tribu del sol) se comienzan a realizar películas sobre las nuevas necesidades y deleites juveniles. -
Cine más político
Del mismo modo nació un cine político de ideología izquierdista que contribuyó a crear un gusto por el documental y las tramas de protesta e intervención, acordes con los movimientos de 1968 y toda la estética hippie. Shinsuke Ogawa y Noriaki Tsuchimoto son considerados los maestros de estas realizaciones, una corriente que después se ha prolongado vitalmente hasta nuestros días, aunque con matizaciones, en la obra de Kazuo Hara, entre otros. -
Década de los 70
En estos años también empezaron su carrera dos grandes del cine japonés Shohei Imamura y Seijun Suzuki , y se estabilizó la industria nipona de los dibujos animados. -
Años 80
En los años ochenta el cine japonés se renueva y conforma su moderno sistema empresarial y reformada estructura, necesarios para permitir que las majors sobreviviesen a la crisis de finales de los setenta: la inversión en otras industrias culturales como la televisión, la música comercial, el cine pornográfico... posibilitó un resurgimiento desde unas cenizas aún no apagadas. -
Cine pronográfico
Debido a la escasa oferta formativa (pocas escuelas de cine o universidades), los cineastas son en su mayoría autodidactas, lo que los obligó a adiestrarse en dos géneros peculiares: el pinku eiga (una forma de ligero cine porno) y el original vídeo.El cine pornográfico no era un desconocido en Japón. Autores como Shinji Somai, Hideo Nakata, Tatsumi Kumashiro y otros emprendieron sus pasos fílmicos gracias al género pinku-eiga. -
El soft porno
el cine pornográfico, en su vertiente del soft porno, ha proporcionado un excepcional provecho a la factoría japonesa: su tratamiento más desinhibido y su bajo presupuesto toleró numerosas licencias expresivas (impensables en otros países), sostuvo la producción independiente, facilitó el descubrimiento de ilustres artesanos actuales (Masayuki Suo, Takahisa Zeze, Rokuro Michizuki) y cosechó algunos prestigiosos premios internacionales (El imperio de los sentidos de Nagisa Oshima, 1976). -
Grandes directores
En los años ochenta deben destacarse dos cineastas:
— Juzo Itami en el terreno de la comedia y la crítica social con "Tampopo" (1985) y "Funerales" (1984).
— Kaizo Hayashi: otro independiente director, caracterizado por su cinefilia exasperante que sorprendió con su primer film "Dormir como se sueña" (1986). -
Años 90
La primera mitad se caracteriza por la presentación de algunos directores como Shinobu Yaguchi, "Picnic con los pies descalzos" (1992), Joji Matsuoka con "El pez que chapotea" (1989) y Junji Sakamoto, "Te voy a dar una paliza" (1989), Takahisa Zeze "Asignatura extra: violencia" (1989), Naoto Takemata, "El hombre sin talento" (1991), Masato Harada, "Kamikaze Taxi" (1994); y Shunji Iwai, cuyo trabajo se ha desarrollado en televisión. -
Año horrible
Varios sucesos terribles acontecieron durante todo el año 1995, que vinieron a resquebrajar la frágil sociedad japonesa: a la matanza del metro de Tokio por la secta Verdad Suprema, se sumaron la muerte del emperador Hirohito y un devastador terremoto en Kobe. Los realizadores han retomado la reflexión por los problemas de su país, aportando sus experiencias personales, lo que ha configurado una cinematografía dictada por atmósferas postmodernas y apocalípticas con citas a la tradición. -
Naomi Kawase
Naomi Kawase (una mujer), Cámara de Oro en Cannes 1997 con su
obra Suzaku. -
Shohei Imamura
Shohei Imamura: uno de los realizadores vivos más consagrados y conocidos en Occidente, puede presumir de veinte exquisitos largometrajes. Entre ellos: Eijanaika (1981), La balada de Narayama (1983, Palma de Oro en Cannes), Zegen (1987), Lluvia negra (1989), La anguila (1997), otra Palma de Oro, Kanzo Sensei (1998) y Agua tibia sobre un puente rojo (2001). -
Nobuhiko Suwa
Nobuhiko Suwa: nacido en 1961 es uno de los representantes del llamado joven cine nipón. Se inició como ayudante de dirección con Shunichi Nagazaki. Dirigió anuncios publicitarios y documentales antes de su primer film 2/Duo que obtuvo el premio Netpac en el Festival de Rótterdam en 1997. M/Other, de estructura similar, se estrenó en Europa en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes de 1999. -
Una mirada al cine de animación
Los orígenes de la historieta en Japón se remontan al siglo VII a.C., cuando se importa desde China los Chôjûgiga o Rollos Animales, unas tiras de papel de hasta veinticinco metros de largo, que escenificaban satíricamente situaciones y costumbres budistas de la época. Durante el período Edo (1600-1867) surgieron los denominados ukiyo-e, dibujos en que se representaba a las personas gozando de situaciones y acciones populares de cada época. -
Tetsuo Atom
Osamu Tezuka, el gurú de la realización de cómics en Japón, creó el primer «mono» televisivo japonés Tetsuo Atom (Astro Boy); más tarde resultaron La Princesa Caballero ( Ribon No Kishi) y Kima, El León Blanco (Jungle Tatei), inspirados en los trabajos de Walt Disney: todos personajes de cómic que se trasladaron a la pantalla grande. -
Mazinger Z
Después, sobrevino la moda de los robots gigantes y los monstruos, desde el mítico Ultraman hasta los más recientes Power Rangers, sin olvidar a Mazinger Z (ideado por Go Nai para cómics) y sus aventuras intergalácticas junto al robot Afrodita A, que lanzaba sus pechos como Mazinger Z sus puños. -
DragonBall
Tras todos estos excesos llegó el turno de otra colección de series más ingenua, aunque no lejana a la exaltación de la violencia, como los Caballeros del Zodíaco, Sailor Moon, y el archifamoso DragonBall de Akira Toriyama, (1986), seguida de sus secuelas (Dragon Ball Z, 1989 y Dragon Ball GT, 1996), que constan de series y especiales de televisión y películas cinematográficas, todas producidas por la Toei Animation. -
Akira
El largometraje más espectacular se lo debemos a Katsuhiro Otomo: Akira (1988) -
Situación actual
La situación actual del cine japonés es bastante crítica. Aunque el 50% de los espectadores ven filmes propios, el cine japonés sólo representa alrededor del 32% de la cuota de pantalla (año 2000) desde hace diez años, frente al 68% de la cuota norteamericana, a pesar de los casi trescientos títulos anuales producidos (282 en el 2000).