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Identidad concebida como esencia biológica (racialismo y evolucionismo)
La identidad se explica por características biológicas y rasgos raciales “naturales”.
Se asume que las razas tienen cualidades morales, intelectuales y culturales propias.
Predomina el paradigma positivista.
Consecuencia: justificación científica del racismo, jerarquías humanas y proyectos de blanqueamiento. -
La identidad deja de ser biológica y pasa a ser cultural
La cultura reemplaza a la raza como explicación de la identidad.
Aún se piensa en culturas homogéneas, coherentes y separadas entre sí.
Se mantiene una visión de grupos cerrados y estables.
Autores representativos del contexto general: Boas, Mead, Benedict.
Persistencia: aunque se abandona el racismo biológico, se mantienen “esencialismos culturales”. -
Reconocimiento de mezcla, mestizaje y procesos dinámicos
Se empieza a cuestionar la idea de culturas puras.
Surgen estudios que muestran cómo la interacción de grupos produce identidades híbridas.
Wade señala que aún persisten elementos esencialistas, pero hay un giro hacia la dinamicidad cultural. -
Identidad como proceso relacional, no como esencia
La identidad no se define por “contenidos culturales”, sino por la interacción entre grupos.
Importancia del concepto de frontera étnica.
Identidad como negociación constante.
Se abandona la idea de grupos naturales.
Wade usa este marco para mostrar cómo la identidad es contextual y situacional. -
Identidad como construcción social atravesada por poder
Influencia de autores como Foucault, Hall, Bhabha.
La identidad se entiende como discurso, representación y relaciones de poder.
Se desmonta la idea de autenticidad cultural.
Wade enfatiza que las identidades étnicas y raciales se producen históricamente, no se heredan. -
FINES DEL SIGLO XX – COMIENZOS DEL XXI:
Identidades híbridas, transnacionales y politizadas
Migración y medios globales producen identidades móviles, múltiples y híbridas.
Aparece el multiculturalismo como política estatal.
La identidad se vuelve también una herramienta de resistencia, organización y política del reconocimiento.
Wade analiza cómo comunidades afro, indígenas y mestizas resignifican términos como “raza”, “cultura” y “etnicidad”. -
Identidad como campo de disputa simbólica y política
Las identidades son performativas, flexibles y estratégicas.
Persiste la racialización, aunque negada o disfrazada.
La identidad se negocia en torno a:
Memoria histórica
Discriminación racial
Representación cultural
Políticas públicas
Según Wade, las identidades actuales ya no son “esencias”, sino posiciones que se usan, se reclaman o se disputan.