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El término "ingeniería de software" se acuñó por primera vez en la década de 1960 durante la Conferencia de Ingeniería de Software de la OTAN. Este evento destacó la necesidad de enfoques sistemáticos para el desarrollo de software, ya que la creciente complejidad de los sistemas de software comenzó a abrumar los métodos de programación tradicionales.
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La década de 1970 vio la introducción de paradigmas y metodologías de programación estructurada como Waterfall y Rapid Application Development (RAD). Estos enfoques enfatizaron la importancia de planificar y definir claramente los requisitos del proyecto antes de comenzar la codificación.
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La década de 1980 marcó un cambio significativo con el advenimiento de la programación orientada a objetos (POO). Este paradigma permitió una mejor representación de las entidades del mundo real dentro del software y facilitó la reutilización del código, lo que llevó a sistemas más fáciles de mantener y escalables.
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En la década de 1990, el panorama del desarrollo de software comenzó a girar hacia metodologías ágiles. Este enfoque se centró en el desarrollo iterativo, la colaboración y la respuesta al cambio, lo que permitió a los equipos producir software de manera más efectiva en entornos dinámicos.
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El Manifiesto Ágil fue elaborado en 2001 por un grupo de desarrolladores de software que tenían como objetivo expresar los valores y principios fundamentales del desarrollo de software ágil. Desde entonces, este documento ha guiado a innumerables equipos hacia una mejor colaboración y resultados centrados en el cliente.
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La década de 2010 marcó el comienzo del concepto de DevOps, fusionando equipos de desarrollo y operaciones para mejorar la colaboración y la automatización a lo largo del ciclo de vida del desarrollo de software. Las prácticas de integración y entrega continuas se hicieron frecuentes, lo que permitió lanzamientos de software más rápidos y confiables.
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En la década de 2020, la integración de la Inteligencia Artificial (IA) y el Aprendizaje Automático (ML) en la ingeniería de software cobró impulso. Esta evolución ha dado lugar a soluciones de software más inteligentes capaces de tomar decisiones basadas en datos, mejorando significativamente la eficiencia del sistema y la experiencia del usuario.