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Carlos Mª inició la insurrección carlista en 1833. La guerra tuvo tres fases: avances iniciales con Zumalacárregui; expediciones fallidas hacia el Sur; y resistencia final hasta el Abrazo de Vergara (1839), que puso fin al conflicto salvo el foco de Cabrera, derrotado en 1840. La victoria liberal acabó con el absolutismo y dejó grandes pérdidas, compromisos forales y un ejército con creciente peso político. El carlismo reaparecería después.
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Durante la regencia de María Cristina (1833-1840), la guerra carlista la obligó a apoyarse en liberales moderados y aprobar el Estatuto Real. Surgieron moderados y progresistas, enfrentados por el grado de reformas. Las revueltas llevaron a Mendizábal y a sus medidas revolucionarias, incluida la desamortización. Tras nuevas insurrecciones, se aprobó la Constitución de 1837. La inestabilidad continuó hasta la caída de Espartero y el ascenso moderado con Narváez.
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Es una carta otorgada que limita el poder real y reconoce derechos, pero no la soberanía
nacional ni la división de poderes. Este Estatuto regulaba la convocatoria de unas Cortes muy
conservadoras y elitistas tanto por su composición (nobleza, Iglesia, funcionarios y militares de
alto nivel, alta burguesía) como por lo limitado del voto, indirecto y muy restringido. Además, la
Corona se reservaba una amplia capacidad legislativa y de veto, incluida la libre disolución de las
Cortes. -
Insurrección progresista contra la política moderada de María Cristina. Tras la dimisión forzada de Mendizábal, los progresistas se levantaron en varias ciudades. La tensión culminó cuando miembros de la Guardia Real se rebelaron en el palacio donde residía la regente. Rodeada y sin apoyos firmes, María Cristina se vio obligada a ceder el poder a los progresistas, nombrar a Calatrava como jefe de Gobierno y restablecer la Constitución de 1812, reactivando así el proyecto liberal más avanzado -
Intento de contentar por
igual a progresistas y moderados.Constitución híbrida: contenía rasgos progresistas,
como la soberanía nacional, división de poderes, la no confesionalidad católica del Estado y
amplios derechos y libertades
y aspectos moderados como el
sufragio censitario restringido y unas Cortes bicamerales con un Senado conservador constituido
por designación real. La Corona mantenía un poder ejecutivo fuerte, con competencias
legislativas, derecho de veto y suspensión de las Cortes. -
Fue el acuerdo que puso fin a la Primera Guerra Carlista en el Norte. Lo firmaron los generales Espartero (liberal) y Maroto (carlista). Los carlistas se rindieron a cambio de que se respetaran sus fueros y grados militares. Marcó el fin del absolutismo carlista y consolidó el triunfo del liberalismo. -
La Regencia de Espartero (1840-1843) comenzó tras la caída de María Cristina. Gobernó con apoyo progresista, pero su autoridad y decisiones impopulares —como el bombardeo de Barcelona— provocaron rechazo. Su pérdida de apoyo político y militar llevó a un pronunciamiento que lo obligó a dimitir y exiliarse, abriendo paso al ascenso moderado.
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El bombardeo de Barcelona (1842) fue la dura represión ordenada por el regente Espartero contra una revuelta popular causada por la crisis económica y el descontento con su gobierno. Desde Montjuïc se dispararon cientos de proyectiles sobre la ciudad. La acción destruyó barrios enteros, causó numerosas víctimas y desprestigió gravemente a Espartero, acelerando su caída. -
La mayoría de edad de Isabel II se proclamó en 1843 mediante un decreto parlamentario que puso fin a la regencia de Espartero. Con apenas 13 años, Isabel asumió oficialmente el trono, aunque bajo la influencia de los políticos moderados, iniciándose así su reinado efectivo. -
Durante el reinado efectivo de Isabel II (1843-1868), España estuvo marcada por la alternancia de gobiernos moderados y progresistas, pronunciamientos militares, desamortizaciones y reformas liberales, junto con tensiones sociales y políticas. La monarquía mantuvo un poder limitado, el ejército ganó influencia política y crecieron los conflictos entre facciones, lo que culminó en la crisis final que llevó a la revolución de 1868, conocida como La Gloriosa.
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La Creación de la Guardia Civil en 1844 se estableció bajo el gobierno de Narváez para mantener el orden rural y combatir el bandolerismo. Inspirada en cuerpos policiales europeos, combinaba funciones militares y policiales, con disciplina estricta y presencia en todo el territorio. Su objetivo era garantizar la seguridad, proteger la propiedad y reforzar la autoridad del Estado en el medio rura -
Durante la Década Moderada (1844-1854), el general Narváez gobernó con mano firme, imponiendo un régimen conservador. Se fortaleció la autoridad central, se restringió el sufragio, se favoreció a la élite propietaria y se limitó la participación de los progresistas. La Iglesia recuperó influencia, el orden social se priorizó sobre las libertades y el ejército mantuvo un papel clave en la política.
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La Constitución de 1845 fue conservadora, impulsada por los moderados. Estableció soberanía compartida entre la Corona y las Cortes, sufragio censitario muy limitado, bicameralismo con Senado designado por el rey y amplios poderes ejecutivos para la monarquía, restringiendo derechos individuales y fortaleciendo el orden y la autoridad frente a los progresistas. -
La Segunda Guerra Carlista (1846-1849) surgió por el intento de los carlistas de restaurar el absolutismo y los derechos dinásticos de Carlos VI. Los carlistas intentaron avanzar hacia el sur y tomar Madrid, pero encontraron escaso apoyo. La guerra terminó con la derrota carlista, consolidando el liberalismo y el poder de Isabel II, aunque algunos núcleos resistieron hasta 1849.
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La Creación del Partido Demócrata (1849) surgió de la escisión de los progresistas más radicales, que buscaban ampliar derechos, fortalecer la soberanía nacional y limitar el poder real. Se organizó como una agrupación de líderes y personalidades influyentes, más que un partido moderno, centrado en promover reformas democráticas y la participación política frente a los moderados. -
El Concordato con la Santa Sede (1851) fue un acuerdo entre España y la Iglesia para regular las relaciones Iglesia-Estado. Restauró la influencia del clero en educación y asuntos sociales, reconoció privilegios eclesiásticos y buscó garantizar la estabilidad política y religiosa, conciliando al Estado liberal con la Iglesia tras años de conflictos y desamortizaciones. -
La Vicalvarada (1854) fue una sublevación militar liderada por O’Donnell contra el gobierno moderado. Buscaba reformas y el fin de la corrupción.
Se inició con un enfrentamiento cerca de Vicálvaro (Madrid). Aunque militarmente fue indecisa, el Manifiesto de Manzanares movilizó apoyo popular y abrió paso al Bienio Progresista. -
El Manifiesto de Manzanares (1854) fue un texto redactado por Cánovas y firmado por O’Donnell que pedía reformas: ampliación de libertades, limpieza política y revisión de la fiscalidad. Cómo se dio:
Se publicó durante la Vicalvarada para ganar apoyo popular tras un resultado militar incierto. Su difusión provocó movilizaciones que forzaron la caída del gobierno moderado e iniciaron el Bienio Progresista. -
El Bienio Progresista (1854-1856) fue un período de gobierno liberal-progresista en España tras la Vicalvarada. Buscó modernizar el país: impulsó la Ley de Ferrocarriles, la Desamortización de Madoz y un proyecto constitucional en 1856. Terminó cuando O’Donnell disolvió el gobierno progresista y restauró un rumbo más moderado.
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La Ley de Desamortización de Madoz (1855) proponía: Vender bienes municipales, eclesiásticos y del Estado para obtener ingresos. Financiar obras públicas, especialmente ferrocarriles. Ampliar la propiedad privada y crear un mercado de tierras más dinámico. Reducir la deuda pública mediante la venta de estos bienes. -
La Ley de Ferrocarriles de 1855 proponía: Facilitar la construcción rápida de una red ferroviaria nacional. Atraer capital extranjero ofreciendo ventajas a las compañías. Fijar un trazado radial desde Madrid. Impulsar la industrialización y el mercado interior mediante un transporte más rápido y barato. -
La Constitución de 1856, llamada también “Non nata”, era un proyecto constitucional progresista en España que buscaba ampliar derechos y libertades, limitar el poder del rey y reforzar el sufragio. Nunca llegó a aplicarse porque el Bienio Progresista terminó antes de su promulgación. -
La Ley de Sociedades Bancarias y Crediticias regulaba la creación y funcionamiento de bancos y sociedades de crédito en España. Proponía controlar su capital, obligaciones y supervisión estatal, garantizar la seguridad de los depósitos, fomentar el crédito y la inversión, y ordenar el sistema financiero para apoyar el desarrollo económico dentro del marco liberal. -
El Primer censo estadístico de España (1857) fue el primer recuento sistemático de la población española. Se realizó mediante encuestas y registros oficiales en todo el territorio. Sirvió para conocer la distribución demográfica, la estructura social y económica del país, y proporcionar datos clave para planificar políticas públicas, impuestos y reformas económicas dentro del Estado liberal. -
La Creación de la Unión Liberal (1858) se dio por iniciativa de moderados y progresistas moderados que buscaban unificar fuerzas frente a la inestabilidad política. Surgió como un partido-centro que combinaba orden y reformas limitadas. Gracias a ello, se logró estabilizar temporalmente el gobierno, facilitar la alternancia pacífica en el poder y reducir los conflictos entre facciones políticas durante el reinado de Isabel II. -
Durante el Gobierno de la Unión Liberal (1858-1863), gobernaba O’Donnell como jefe del partido y presidente del Consejo de Ministros. Su gobierno combinó moderación y reformas limitadas: impulsó obras públicas, fomentó el desarrollo económico, mantuvo el orden político, buscó estabilidad frente a los conflictos entre moderados y progresistas y reforzó la influencia del Estado en la administración y el ejército.
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La Noche de San Daniel (1865) fue un levantamiento militar en Madrid contra el gobierno moderado de Isabel II. La insurrección buscaba presionar al monarca para reformas políticas y cambios de ministros. Aunque fue sofocada, evidenció el creciente descontento social y político, anticipando la crisis que culminaría en la revolución de 1868. -
La Sublevación del Cuartel de San Gil (1866) fue un intento fallido de golpe militar en Madrid contra el gobierno de Isabel II, liderado por progresistas y republicanos descontentos. Buscaba provocar un cambio político y reformas liberales, pero fue rápidamente sofocada, aumentando la tensión política y acercando al país a la crisis que derivaría en la revolución de 1868. -
El Pacto de Ostende (1866) fue un acuerdo secreto entre partidos progresistas y demócratas españoles para unir fuerzas contra Isabel II. Su objetivo era derrocar a la monarquía y establecer un gobierno liberal o republicano, coordinando conspiraciones y apoyos militares que finalmente prepararían el camino para la revolución de 1868, conocida como La Gloriosa -
La crisis final del reinado de Isabel II (1866-1868) se caracterizó por la inestabilidad política, levantamientos militares, conspiraciones progresistas y democráticas, descontento social y económico, y la pérdida de apoyo de sectores clave como el ejército y la burguesía. Todo esto culminó en la revolución de 1868, La Gloriosa, que terminó con el exilio de Isabel II y la caída de la monarquía.
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La Gloriosa (1868) fue la revolución que derrocó a Isabel II. Movilizó a progresistas, democráticos y militares descontentos con su gobierno. Como resultado, Isabel II fue exiliada, se instauró un gobierno provisional y se abrió el camino para la Constitución de 1869 y la búsqueda de un nuevo monarca en España.