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El artista puertorriqueño Bad Bunny sorprendió a sus fans y lanzó su nuevo álbum “Debí Tirar más Fotos” (DtMF). El álbum generó muchas expectativas porque el artista estuvo reservado durante un año. Las redes sociales fueron la fuente principal de información, la noticia fue tendencia, los teasers de las canciones generaron millones de reproducciones en cuestión de horas. Con este nuevo álbum inicia una nueva historia que termina con la residencia “No me Quiero Ir De Aquí”.
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Una estrategia creativa para hacer la promoción del álbum fue lanzar coordenadas geográficas en Spotify, que correspondían a lugares en Puerto Rico. Cada coordenada se asociaba a una canción del nuevo álbum, así, crearon una experiencia interactiva donde los fanáticos de Bad Bunny podían buscar estas coordenadas en Google Maps y descifrar los títulos de las canciones con cada lugar descubierto en las coordenadas. Fue una búsqueda del tesoro digital uniendo la cultura y geografía de Puerto Rico.
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Se hizo viral, aparecen 2 sillas de plástico frente al Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot “Choli” sin ninguna explicación. Los fans comenzaron a pensar que sería una pista para algo que se acercaba, inmediatamente las redes se llenaron de teorías, relacionando la aparición de las sillas con la estética del nuevo álbum de Bad Bunny. Esto creó el misterio de que algo grande pasaría en El Choli y confirmó el regreso del artista a los escenarios en su tierra.
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La Escenografía destacó por sus representaciones boricuas. Aparecen dos tarimas, una recreando el ambiente rural del campo con sus dos sillas emblemáticas, árboles y mucha vegetación; la otra, representaba La Casita de Bad Bunny, un espacio hogareño que hacía referencia a sus raíces en Humacao. Los conciertos se convirtieron en una puesta en escena de la cultura boricua, donde resaltaba lo visual y emocional como identidad.
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El show inaugural tubo momentos inesperados con sus invitados sorpresas. Primero aparece visto en el público el jugador de baloncesto LeBron James. En el escenario compartieron tarima con Bad Bunny, Los Pleneros de la Cresta con ritmos tradicionales, también, la banda puertorriqueña Chuwi le dio un aire fresco y alternativo a la presentación. Con la aparición de estas figuras se mostró la diversidad en la residencia, cultura popular global y la música folclórica y contemporánea de Puerto Rico.
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Inicia la primera función de la residencia No Me Quiero Ir De Aquí en el Coliseo “El Choli”. Un momento histórico ya que Bad Bunny tomó la decisión de no irse de una vez a una gira mundial, sino, darle a Puerto Rico los primeros conciertos exclusivos. Incluso, hizo 9 conciertos sólo para los nacionales de Puerto Rico. Todos los boletos estaban agotados desde meses atrás. La residencia no sólo era ir a presenciar un concierto, sino un homenaje a la cultura, música e identidad de Puerto Rico.
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En la residencia se destacó los múltiples géneros musicales en los que se interpretaron la mayoría de las canciones del artista, fusionaba sus canciones con géneros tradicionales de la isla: bomba, plena y salsa. Gracias a esta celebración de cultura puertorriqueña se dio la oportunidad de crear un puente entre generaciones, enseñándoles a las nuevas generaciones sus raíces musicales, además del reggaetón que siempre se escuchó en sus conciertos.
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Durante todos los conciertos la residencia tubo como invitados en la tarima a muchos artistas. Leyendas como Gilberto Santa Rosa y Ednita Nazario; y otros artistas del género urbano como Wisin, Jowell Randy y Young Miko, todos, puertorriqueños. Cada presentación ofreció un ambiente distinto al show, reforzando la idea de que esta residencia era un tributo a la diversidad de la música latina. Los fanáticos no sabían que sorpresa habría en cada show durante las 31 funciones.
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En este show aparece como invitado el cantautor Pedro Capó, interpreta una de las canciones de Bad Bunny titulada “Lo que pasó en Hawaii” con esta dinámica de géneros musicales fusionados. La aparición obtuvo ovaciones, porque Capó es una de las voces que más representa a la isla de Puerto Rico. Con esta colaboración del artista se generó un ambiente nostálgico al show, incrementando el espíritu de hogar que Bad Bunny estaba recreando en sus conciertos de la residencia.
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La noticia de la residencia trascendió las fronteras de Puerto Rico. Los fanáticos de Bad Bunny viajaron desde varios países del mundo para ser parte de la residencia. Con la llegada masiva de turistas se incrementó la actividad hotelera, gastronomía y cultural de San Juan, Puerto Rico, convirtiendo la residencia en un fenómeno turístico, económico y artístico. El Coliseo fue un punto de encuentro donde las personas se unían para celebrar lo cultural a través de las canciones de Bad Bunny.
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Un momento inolvidable fue cuando el cantautor panameño Rubén Blades apareció y cantó "Baile Inolvidable" junto a Benito, una de las piezas del nuevo álbum, uniendo dos generaciones y dos países bajo el ala de la música latina. Se ondeaban las banderas de Panamá y Puerto rico en el estadio, en las redes sociales se generaron reacciones de orgullo por parte de los panameños y más cuando Blades cantó una de sus canciones más emblemáticas "Amor y Control".
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La residencia “No Me Quiero Ir De Aquí” con el pasar de las funciones se convirtió como uno de los conciertos más extensos y concurridos en la historia del Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot. Se registraron cifras récord en asistencia, superando a otros artistas y elevando el estándar de los espectáculos en la isla. Por este logro se confirmó la popularidad de Bad Bunny (Benito) mundialmente y también, se resaltó la identidad cultural y el orgullo de los puertorriqueños por su patria.
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La residencia llegó a su fin, pero anunciaron un concierto más titulado “Una Más”. Sería transmitido en vivo internacionalmente a través de dos plataformas streaming Prime Video y Twitch, esto permitió a millones de personas alrededor del mundo que pudieran disfrutar del concierto en simultáneo. Este último concierto fue concebido como un regalo para todos esos fans que no pudieron visitar Puerto Rico e ir a los conciertos.
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El último concierto fue hecho el mismo día del aniversario del huracán María, un momento muy trágico que marcó a Puerto Rico en el 2017. El cierre de la residencia tenía un significado más profundo con un simbolismo de resiliencia y resistencia. El cantante Bad Bunny dedicó palabras, reconociendo el dolor de aquel suceso en la isla, ahí en el concierto, celebraron la fuerza del pueblo puertorriqueño. Fue un acto de memoria colectiva, donde la música fue un lugar seguro y orgullo por la patria.
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Con 31 funciones históricas en total, Bad Bunny dio final a la residencia No Me Quiero Ir De Aquí. Fue entonces, cuando se anunció su próxima gira mundial titulada “Debí Tirar Más Fotos” que dará inicio en noviembre de 2025 en República Dominicana. Con el anuncio de la gira, Bad Bunny regresará a los escenarios internacionales. Para Puerto Rico más que un ciclo extenso de conciertos fue una celebración a su cultura que será inolvidable, no solo de los puertorriqueños, sino de todo el mundo.