-
La identidad se entiende como fluida, relacional y performativa. No existe una “verdadera” identidad, sino múltiples versiones que se recrean en la práctica cotidiana, como muestra Wade en el caso de los tukano y otros pueblos latinoamericanos.
-
Con la globalización, las migraciones y los medios de comunicación, las identidades se vuelven interconectadas y negociadas. Wade señala que en América Latina la identidad se construye en la interacción entre lo local y lo global, y que las identidades nacionales e indígenas se redefinen frente al Estado y el mercado.
-
Desde el feminismo, el poscolonialismo y los estudios culturales, se critica la idea de una identidad única o natural. Se afirma que la identidad es múltiple, híbrida y cambiante, atravesada por género, clase, raza y nación. Autores como Hall y Bhabha influyen en esta visión, que Wade retoma para analizar América Latina.
-
En el contexto de las luchas anticoloniales, feministas y de clase, la identidad se convierte en herramienta política. Los movimientos indígenas, afrodescendientes y feministas comienzan a usar la identidad como forma de reconocimiento y reivindicación.
-
Desde la antropología y la sociología (Barth, Goffman, Mead), la identidad se concibe como construida en la interacción. No existe una identidad fija, sino que se actualiza en contextos sociales concretos. Aparece el concepto de identidad situacional.
-
Con la expansión del capitalismo y el Estado-nación, la identidad se vincula con la nacionalidad y la cultura. Aparecen las identidades nacionales y las clasificaciones raciales como formas de orden social. La psicología y la antropología comienzan a interesarse por cómo el individuo se adapta a su entorno social.
-
Las ideas de Freud (psicoanálisis) y Marx (determinaciones socioeconómicas) cuestionan la autonomía del sujeto moderno. La identidad se entiende como resultado de procesos inconscientes y sociales, no como algo esencial o estable.
-
Con la Ilustración surge la idea del individuo autónomo, racional y coherente. La identidad se asocia con la conciencia del “yo”, separada de la colectividad. El ser humano se define por la razón y la libertad personal.