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La web se utilizaba principalmente para la consulta pasiva de información. El conocimiento era centralizado y controlado por instituciones.
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Con la llegada de plataformas como Wikipedia, blogs y redes sociales, los usuarios comenzaron a generar y compartir conocimiento de forma masiva y descentralizada.
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El auge del Big Data permitió transformar grandes volúmenes de datos en conocimiento útil para la toma de decisiones en tiempo real.
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Herramientas como IBM Watson comenzaron a integrarse en procesos de gestión del conocimiento, automatizando análisis y recomendaciones.
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La educación, el trabajo y la investigación migraron masivamente a entornos digitales, impulsando el uso de plataformas colaborativas y recursos abiertos.
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La IA generativa transformó la forma de acceder, sintetizar y producir conocimiento, democratizando el acceso a la información especializada.
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Se consolida un ecosistema donde el conocimiento es descentralizado, verificable y personalizado, con mayor control del usuario sobre sus datos y aportes.