-
Identidad ligada a la comunidad y a lo divino en la Antigüedad clásica (Grecia y Roma).
-
En la Edad Media, la identidad se define por la religión (cristianismo) y el orden feudal.
-
En el Renacimiento, surge la noción del individuo moderno y el humanismo.
-
Tras guerras mundiales y descolonización, la identidad se entiende como construcción social (género, etnicidad, clase).
-
En la Ilustración, la identidad se concibe como racional, universal y ciudadana.
-
Con los Estados-nación, la identidad se vincula a lengua, territorio y símbolos patrios.
Sociología y antropología muestran que la identidad se construye socialmente y no es fija.
Peter Wade destaca que la identidad no es estática, sino un proceso dinámico y relacional, que depende de cómo los individuos se ven a sí mismos y cómo son vistos por los otro -
La migración, el multiculturalismo y las redes internacionales impulsan la idea de identidades múltiples.
Una persona puede ser simultáneamente ciudadana, migrante, mujer, madre, profesional, etc. -
La globalización y las tecnologías (internet, redes sociales, comunidades virtuales) generan nuevas formas de construcción identitaria.
La identidad colectiva se vuelve más heterogénea, menos ligada al territorio y más a elecciones culturales o afinidades globales.