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“El sospechoso vagaba por la estación de Francia como un alma perdida en una catedral forjada de hierro y niebla.”
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“Le vi alejarse por el Paseo Colón. El humo de su cigarrillo intacto le seguía como un perro fiel.”
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“Por entonces yo era un muchacho de quince años que languidecía entre las paredes de un internado con nombre de santo en las faldas de la carretera de Vallvidrera.”
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“En aquellos días la barriada de Sarriá conservaba aún el aspecto de pequeño pueblo varado a orillas de una metrópolis modernista.”
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“Mi colegio se alzaba en lo alto de una calle que trepaba desde el Paseo de la Bonanova.”
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“A menudo mi ruta me llevaba por lo que entonces se llamaba el desierto de Sarriá”
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“Entre la vegetación se aprecia, deciseta de una vivienda de dos pisos. Su sombría facha da se erguía tras una fuente con esculturas que el tiempo había vestido de musgo."
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“Descendimos hasta el Paseo de la Bonanova y, desde allí, giramos en dirección a San Gervasió.”
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“Una vez llegamos a la calle Dr. Roux, Marina giró a la derecha. Descendimos un par de manzanas hasta un pequeño sendero sin asfaltar que se desviaba a la altura del número 112.”
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“El cementerio de Sarriá es uno de los rincones más escondidos de Barcelona.”
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“Descendí hasta la calle Margenat. Sarriá despertaba a mi alrededor.”
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“El rastro nos llevó a una callejuela sin salida, cortada por el tramo descubierto de los ferrocarriles de Sarriá, que ascendían hacia Vallvidrera y Sant Cugat.”
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“Todos los lunes acompaño a Germán al médico, al hospital de San Pablo, por eso estábamos fuera.”
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“Mi inesperado desayuno consistió en cruasanes que la joven había traído de la pastelería Foix, en la Plaza Sarriá.”
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“Tardé un par de segundos en comprender que se trataba de un invernadero de cristal armado sobre un esqueleto de acero.”
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“El carruaje se alejó a toda velocidad entre el tráfico del Paseo Colón, en dirección a las Ramblas, hasta perderse.”
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“De camino a la calle Princesa descubrí que estaba hambriento y me detuve a comprar un pastel en una panadería frente a la basílica de Santa María del Mar.”
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“trazaban una ruta secreta entre Tossa de Mar y la Punta Prima, junto al puerto de Sant Feliu de Guíxols, a una veintena de kilómetros.
Al cabo de unos veinte minutos, Germán detuvo el coche al borde de la carretera. Marina me miró, señalando que habíamos llegado.” -
"Nuestros pasos nos dirigieron hacia el parque Santa Amelia, en la frontera con el barrio de Pedralbes."
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“Tomamos el metro hasta la Plaza Cataluña. Empezaba a caer la tarde cuando ascendimos por las escaleras que daban a la boca de las Ramblas.”
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“Al dorso, ento tras casi borradas, se leia:
Estudio Fotográfico Martorell-Borrás _ 1951
Copia_ Doctor Joan Shelley
Rambla de los Estudiantes, 46-48, 1.° Barcelona” -
“Contenía una tarjeta envejecida. En ella podía leerse una dirección:
Mijail Kolvenik
Calle Princesa, 33, 4.°-2.ª” -
“El inspector Víctor Florián está retirado y vive en Vallvidrera.”
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“Una hora más tarde nos encontrábamos cincelando la carretera de la costa.”
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"Me encontré en un callejón oscuro del Raval, era tan estrecho que podía tocar ambos lados con sólo extender los brazos."
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“No me situé hasta que le vi doblar una esquina y reconocí la calle Conde del Asalto.”
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"Vislumbré un teléfono público entre los pórticos de la Plaza Real."
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“Apreté el paso y acorté la distancia. No giró hasta la calle Fernando, en dirección a la Plaza de San Jaime.”
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“Seguí el rastro de Claret hasta una calle oculta tras la catedral.”
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“Junto al teléfono había un platillo de vidrio con cajetillas de cerillas im presas con el nombre del establecimiento y un águila im perial. Bodega Valor, ponía.”
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“Torcimos en la calle Iradier y nos adentramos en los p sajes solitarios que bordeaban la vía de los ferrocarriles.”
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“Sin mediar palabra, ascendimos entre los arbustos hacia un callejón que conducía a la calle Anglí.”
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"Al atardecer volvíamos al Hotel Colón y Mijail se retiraba a sus habitaciones."
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“Cuando se internó en el Barrio Gótico, yo fui detrás.”
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"Fue por entonces cuando recordé la promesa que le había hecho a Marina en una ocasión, en el funicular de Vallvidrera."
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“En aquellos paseos desde Sarriá a la avenida de Gaudí aprendí que Barcelona puede ser la ciudad más triste del mundo en invierno.”
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“Acompañé a Lulú a una tienda de lencería en la Rambla de Cataluña, junto al cine Alexandra.