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Este período, caracterizado por la transformación tecnológica y económica, también trajo consigo la explotación laboral, largas jornadas, bajos salarios y condiciones de trabajo peligrosas. La reacción a estas condiciones, con el surgimiento de movimientos obreros y sindicatos, fue fundamental para generar conciencia sobre la necesidad de proteger los derechos de los trabajadores.
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la OIT es un organismo especializado de las Naciones Unidas cuyo objetivo principal es promover la justicia social y los derechos laborales a nivel mundial. A través de la creación de convenios y recomendaciones internacionales, la OIT ha establecido estándares mínimos para las condiciones de trabajo, incluyendo la jornada laboral, el salario mínimo, la seguridad y salud en el trabajo, y la libertad sindical.
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Aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948, esta declaración incluye artículos que consagran derechos fundamentales relacionados con el trabajo, como el derecho a un trabajo digno, a condiciones laborales justas y equitativas, y a la protección contra el desempleo.
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Adoptada en 1998, esta declaración reafirma los principios fundamentales de la OIT y establece que todos los estados miembros, independientemente de su nivel de desarrollo, deben respetar, promover y hacer realidad cuatro categorías de derechos fundamentales en el trabajo: la libertad de asociación y la libertad sindical, la eliminación del trabajo forzoso, la erradicación del trabajo infantil, y la no discriminación en el empleo y la ocupación.