
Aproximación Histórica a la Evaluación Educativa: De la Generación de la Medición a la Generación Ecléctica
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Hernández y Guzmán sitúan en el año 1845, en Boston, el uso de pruebas de rendimiento escolar como fuente básica de información para evaluar a las escuelas y al profesorado. Hernández y Guzmán (1991) también añaden que es entre 1887 y 1898,cuando el pedagogo Joseph Rice, utiliza por primera vez grupos de comparación para medir la eficacia de los programas; “se estudió los conocimientos de ortografía de 33.00 estudiantes de un amplio sector escolar (…).
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Lowe (1862) introdujo un sistema de ayudas para la escuelas
elementales, con la peculiaridad de que la mayor parte del dinero se distribuía de acuerdo
con los resultados de los niños en los exámenes de lectura, escritura y aritmética (Stobart, 2010) (Es lo que se conoció como el plan de enseñanza de las tres erres, las “three RS”, las disciplinas básicas: reading, writing y arithmetic) . Siendo dirigidos los exámenes por la inspección del Gobierno. -
Se asume el positivismo de las ciencias físico naturales.
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Desde 1930 hasta 1957
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Tyler acuña el término de“evaluación educativa”
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EE.UU se encuentra en plena carrera armamentística con la URSS, de modo que ésta en 1957 lanza el primer satélite artificial de la historia, el Sputnik. Lo que provoca una reacción de
desencanto con la escuela pública en los EE.UU. -
Sin embargo,no es hasta 1957 cuando la evaluación se empieza a utilizar con intenciones de mejora,asociándola a la toma de decisiones que favorezca la mejora de los programas y de la
enseñanza, pero no directamente a los individuos, sujetos de aprendizaje. Siendo a partir de 1973 cuando aparecen propuestas alternativas al modelo tradicional basado en el
positivismo y se empieza a entender la evaluación como herramienta de empoderamiento de los sujetos. -
Durante el periodo comprendido entre 1957 y 1972, tienen lugar una serie de acontecimientos coincidentes con gran parte de la época de la Guerra Fría.
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La evaluación se asocia a la toma de decisiones
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La década de los setenta produce una proliferación de modelos de evaluación que inundan como plantean Escudero (2003) el mercado bibliográfico. Es lo que se conoce,siguiendo la clasificación de Guba y Lincoln (1982, 1989) como “la cuarta generación: la sensible”; y según Stufflebeam y Shinkfield (2005), “la época de la profesionalización”,que la sitúan desde 1973 hasta nuestros días.
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El término evaluación educativa que se remonta a la época de Tyler (1969) en los años 30. Es Tyler (1969), por tanto,quien supera la mera evaluación psicológica (característica del periodo anterior) y sistematiza la evaluación en el ámbito educativo.
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Se produce una“eclosión” de modelos de evaluación
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La “evaluación democrática” de B. MacDonald (1976), cuya postura, se refleja fundamentalmente, según Gimeno y Pérez Gómez (1989) en los conceptos de “autoevaluación” de Elliot (1993) y del “profesor como investigador” de Stenhouse (1984).
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La “evaluación iluminativa” de Parlett y Hamilton (1977), quienes plantean el
concepto de “ambiente entorno de aprendizaje” como esencial para entender la
dependencia entre enseñanza-aprendizaje. Añadiendo que “el desarrollo
intelectual de los estudiantes no se puede entender aisladamente, sino sólo
dentro de su entorno escolar particular” (Parlett y Hamilton, 1977, citado en
Gimeno y Pérez Gómez, 1989, p. 457). -
Se trata, por tanto, de una época caracterizada por la pluralidad conceptual y metodológica. Guba y Lincoln (1982) nos hablan de más de cuarenta modelos propuestos en estos años, y Mateo (1986) se refiere a la “eclosión de modelos”.
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Según Stenhouse (1984), la primera nos informa del rendimiento del individuo en comparación con un grupo, mientras que la segunda, indica rendimiento de un individuo en relación con un estándar.
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Gronlund (1985),primera generación (referida a la de los testing) permanece todavía viva, pues todavía existen textos y publicaciones que utilizan de manera indisoluble evaluación y medida.
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La “evaluación como crítica artística” de Eisner (1985), que conceptualiza la enseñanza más como un proceso artístico que tecnológico” (Gimeno y Pérez Gómez, 1989, p. 440)
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Esta “época pretyleriana” o denominada por Guba y Lincoln (1989) como la “primera generación”, la “generación de la medida”, en la que la persona que evalúa es simplemente proveedora de instrumentos de medición, marca un periodo en el que la
evaluación y la medida tenían poca relación con los programas escolares. Los tests informaban algo sobre el alumnado, pero nada de los programas de formación. -
El paradigma naturalista, denominado así en un primer momento por Guba y Lincoln (1989) según Vélez (2007), es para estos autores más que una reacción al paradigma positivista, “no es una postura reactiva sino pre activa, que parte de sus propias asunciones y no sólo, de carácter metodológico, sino lo que es más importante,
asunciones diferentes epistemológicas y ontológicas” (Guba y Lincoln citado por Vélez, 2007, p. 155). -
Hernández y Guzmán (1991), añaden un dato histórico curioso, dicen que en Gran Bretaña fue creada una comisión para evaluar la educación en Irlanda y que entre sus conclusiones se encontraba que el progreso de los niños (en las escuelas estudiadas) era
menor al que debería ser. -
El discurso de House (1994) sobre la enorme importancia social de la evaluación,dándole protagonismos a los términos de moral, ética, justicia y poder; recogido también en el pensamiento de Kushner (2002) que reconoce a la evaluación como una forma de acción política. Dicho pensamiento se vertebra por una preocupación central, la justicia social (Kushner, 2002).
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Forrest (citado en
Sacristán, 2002) sitúa su primera manifestación histórica en el siglo II (a.C.), tratándose
de una práctica china para seleccionar funcionarios. -
El relativismo según Guba y Lincoln (2002, p. 129) “supone
relaciones sociales múltiples, comprensibles y en ocasiones opuestas, que son producto del intelecto humano, pero que pueden cambiar al volverse sus constructores más informados y sofisticados”. -
Escudero (2003) reconoce el interés por la medición científica de las conductas humanas,de modo que las ciencias humanas asumen el positivismo de las ciencias físico-naturales.
El autor enumera cuatro factores que confluyen en dicho momento y condicionaron la actividad evaluativa. -
Rodríguez (2003) reconoce ciertas distancias entre esas aportaciones pero asume que,
todas tienen en común la adopción de fundamentos epistemológicos y metodológicos naturalistas para conocer, analizar y explicar los fenómenos y los procesos conforme a su naturaleza social, política y ética, cambiando así, el sentido de la evaluación. -
El “periodo tyleriano”, reconocido así por Stufflebeam y Shinkfield (2005), comprendió
desde 1930 hasta 1945, recibe este nombre por el que es conocido como el padre de la
evaluación educativa, Ralph Tyler (1969). Él fue el primero en acuñar el término. -
Según Escudero (2006) y Múñoz (2007), la generación sensible y constructivista se apoya en dos elementos fundamentales: La metodología constructivista y la evaluación respondiente de R. Stake (1976).
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Stobart (2010) desarrolla en qué consistió dicho plan, que
surge en esta época de preocupación por las inversiones que se hacen en el ámbito educativo. -
Lemus (2012) añade que, algo así como un cuestionario de
evaluación que utilizaron Sócrates y otros maestros de la época en sus prácticas de enseñanza, alrededor del siglo V (a.C.).
Lemus nombra a dos países precursores de la evaluación, durante el siglo XIX: Estados Unidos, en 1845, comienza a
aplicar los test de rendimiento a estudiantes, con objeto de contribuir a la educación de los estudiantes. Y Gran Bretaña, donde existieron comisiones para evaluar los servicios
públicos. -
Según expone Vivian Durar (2013) en el blog “RED Maestros de
Maestros”, el de evaluación era poco frecuente e iba acompañado siempre del de medida.
Solía anteponerse el término medición al de evaluación. -
De acuerdo con Wrigley (2013, p. 74) “la evaluación escolar se ha enfocado abrumadoramente en exámenes y resultados de pruebas, los cuales se pueden representar numéricamente, mientras otros aspectos de la educación han sido marginados o simplemente invisibilizados”.